jueves, 30 de octubre de 2014

Donde acaba tu libertad...empieza la mía

Cómo bien dijo Churchill  hace ya varios años, la democracia es la menos mala de los sistemas de gobiernos. Introduciéndonos en el tema al que queremos llegar y analizar cabe decir que unos de los beneficios que tiene vivir en un país democrático es la libertad, pero...¿Hasta donde llega nuestra libertad?
Hoy en día vivimos en un mundo en el que estamos relacionados con el mundo digital y en la que nuestro queridísimo Estado esta a un solo clic de nuestra información pero, ¿Se puede luchar contra esto?. Como opinión personal creo que no, estamos tan integrados en el mundo digital que toda nuestra información o casi toda esta en la red y a la que pueden acceder personas que ni conocemos. Hasta este punto todo es correcto, el problema esta cuando el Estado tiene acceso a información sobre nosotros en la que no vigilan nuestro hábitos, que consumimos, cuales son nuestra opiniones... creo que el pilar de la democracia esta en respetar la integridad del individuo que es justo lo que no se cumple. Muchas plataformas están ideando la elaboración de leyes que hagan que se respeten nuestra intimidades, que sea el individuo el que decide hasta donde llega su intimidad además de otros... es verdad que a veces hay que mirar el lado positivo, el otro día detuvieron a 3 narcotraficantes que habían subido a Internet  fotos con los beneficios obtenidos por la venta de droga y eso es algo bueno y positivo de la ciudadanía, pero, como dicen mucha gente, todo es bueno con moderación y no el abuso que hoy en día esta haciendo los gobiernos con nuestro derecho de intimidad. Esto es un tema olvidado al que Snowden ha revolucionado con sus declaraciones sobre el espionaje del gobiernos estadounidense por lo tanto, si queremos salvar nuestra integridad, luchemos como ha echo Snowden y otros personajes, lo mas seguro es que no consigamos nada pero menos vamos a conseguir si nos quedamos quietos dejando que nos espíen...a lo mejor mis palabras están siendo ahora espiadas... ¿QUIÉN SABE?



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